UNIDAD 12: LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA HASTA 1902




CONTENIDOS

POWERPOINT

QUIZ

KAHOOT




EXAMEN de la Unidad 12
  • Definir el "turnismo pacífico" y el "caciquismo"
  • Explicar qué dos partidos controlaban el sistema y quiénes fueron sus líderes
  • Saber quién fue el mayor responsable de la creación del sistema de la Restauración
  • El Desastre del 98: pérdidas territoriales y papel de Estados Unidos
  • Explicar el significado del Regeneracionismo y conocer alguna figura que lo represente
  • Regionalismo: identificar las zonas donde se produce
  • Los movimientos de oposición al sistema
  • La importancia del anarquismo en la España del s. XIX y sus métodos de actuación
  • La figura histórica de José Martí

El desastre del 98:




CONTENIDOS DEL TEMA:

12.1. EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN

LA PROCLAMACIÓN DE ALFONSO XII

Durante la I República, los alfonsinos ya estaban organizando el regreso de los Borbones al trono español. El artífice y principal organizador de este movimiento era el político Antonio Cánovas del Castillo, que pretendía que los monárquicos y otros grupos aceptasen a Alfonso XII, el hijo de Isabel II, como el candidato idóneo al trono.

La idea de Cánovas era que la restauración se produjera por un consenso político, y no por una acción militar, como era habitual. Sin embargo, llegó demasiado tarde ya que el pronunciamiento del general Martínez Campos, en diciembre de 1874, terminó con la I República y provocó la proclamación directa de Alfonso XII como rey.

EL TURNISMO

Uno de los elementos más característicos del sistema político de la Restauración fue el llamado “turnismo”, que consistía en la alternancia en el gobierno de los dos grandes partidos existentes:

A.      El Partido Conservador, liderado por el propio Cánovas.

B.      El Partido Liberal, encabezado por Sagasta.

Estos dos partidos “se turnaban”, de una manera pacífica y pactada, para acaparar el poder, facilitar la estabilidad política y evitar de nuevo las revoluciones que habían caracterizado todo el siglo XIX español. Este modelo se inspiraba en el bipartidismo inglés, que era un ejemplo de sistema liberal para el mundo.

EL CACIQUISMO

Para realizar el turno de partidos de una manera pactada, pero sin perder la apariencia democrática, era necesario perfeccionar el fraude electoral. Así, la gente podía votar de una manera “libre”, y los resultados siempre coincidirían con lo que los gobernantes esperaban.

En este sistema, era esencial el caciquismo. Los caciques, personajes influyentes de cada ciudad, pueblo o aldea, recibían las instrucciones desde Madrid, y podían organizar los votos por las relaciones que tenían con los habitantes del lugar. Por ejemplo, si el cacique era un rico propietario de tierras, podía controlar a la gente que necesitaba trabajo en el campo, y de esa manera les podía “sugerir” a qué partido deberían votar en las elecciones.

En otros casos, los caciques tenían que emplear otros métodos, como la manipulación directa de los votos, es decir, añadir o quitar las papeletas necesarias para obtener los resultados deseados, lo que se conoce como pucherazo.

 

12.2. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA

El nacionalismo regional fue un movimiento que se originó en algunas zonas de España como reacción al control del sistema político desde la oligarquía de Madrid, entre otras razones. La desaparición de los fueros tradicionales con la llegada del liberalismo (después de las guerras carlistas), llevó a las elites regionales a buscar una identidad nacional propia. De hecho, no es una coincidencia que las principales regiones donde tuvo importancia el carlismo (Cataluña, País Vasco, Galicia) fueran las mismas que desarrollaron un movimiento nacionalista regional.

En muchos casos, el nacionalismo nació como un movimiento cultural, y no político, especialmente para recuperar la literatura y las lenguas regionales. Esto fue lo que sucedió en Cataluña y Galicia. En el País Vasco, por el contrario, no existía una tradición literaria en euskera, pero se dio un fuerte desarrollo económico (industrial), y las tradiciones culturales tenían una gran fuerza. En ese contexto, Sabino Arana fundó el Partido Nacionalista Vasco o PNV en 1895.

El socialismo español se consolida a partir de 1879, año en el que un pequeño grupo madrileño, en el que predominaban los tipógrafos, con Pablo Iglesias a la cabeza, fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Entre los principales objetivos de este partido, se encuentran los siguientes:

·         La abolición de clases, o sea, la emancipación completa de los trabajadores.

·         La transformación de la propiedad individual en propiedad social o de la sociedad entera.

·         La posesión del poder político por la clase trabajadora.

Además, en 1888 se creó la Unión General de Trabajadores (UGT), como sindicato del PSOE. Sin embargo, tanto el PSOE como la UGT fueron grupos minoritarios hasta el comienzo del s. XX, en comparación con los anarquistas.

El anarquismo fue la corriente mayoritaria dentro del movimiento obrero español, y estaba concentrado en dos focos:

ü  El campo andaluz, donde un sinfín de jornaleros trabajaban en los enormes latifundios existentes.

ü 
El proletariado urbano de las fábricas catalanas.

Los anarquistas rechazaban cualquier acción política por la vía parlamentaria, y preferían en general la “acción directa” o “propaganda por el hecho”, que consistía en el uso de la violencia terrorista.  Esta práctica se mostraba como un ciclo de “acción-reacción-acción”: atentado, represión con fusilamientos, nuevo atentado y nueva represión.

 

12.3. EL FIN DEL IMPERIO ESPAÑOL

EL “DESASTRE DEL 98”

Los movimientos a favor de la autonomía en Cuba y Filipinas chocaban con la oposición de la mayoría de los políticos en España. Así, la situación se agravó y cada vez más, los deseos de autonomía política se transformaron en movimientos independentistas que querían romper las relaciones coloniales. En 1895, José Martí, lider del Partido Revolucionario Cubano, organizó una revuelta de los cubanos contra el gobierno español, que dio comienzo a la tercera y definitiva Guerra de Cuba (1895-1898).

España envió a sus efectivos militares, que siguieron varias estrategias, la de la negociación, con el general Martínez Campos, y la línea dura que buscaba la victoria militar sin negociaciones, con el general Weyler. Pero la clave del conflicto fue la participación de Estados Unidos en ayuda de Cuba, ya que los americanos tenían grandes intereses económicos en el azúcar y otros productos cubanos, y además estaba aumentando su influencia política en el Caribe y el Pacífico (hay que recordar que esta es la época del “Imperialismo”). El acorazado americano Maine explotó en 1898 en extrañas circunstancias, y fue probablemente un pretexto para el comienzo de la Guerra de los Cien Días. Así, obtuvieron una rápida victoria e invadieron Cuba y Puerto Rico. En Filipinas, los americanos llegaron como liberadores de los filipinos, con el mismo pretexto de la guerra cubana, y expulsaron a los españoles sin grandes problemas.

Finalmente, en 1898 se firmó el Tratado de París, que independiza los territorios españoles de ultramar y marca el comienzo del dominio estadounidense:

a)       España renunció a Cuba, que fue ocupada provisionalmente por los Estados Unidos.

b)      España cedía a Estados Unidos la posesión de Puerto Rico, Guam y las Islas Filipinas (estas últimas, por 20 millones de dólares)

La pérdida de las colonias dio lugar a una crisis generalizada, conocida como el “Desastre del 98”.

EL “REGENERACIONISMO”

En el contexto del Desastre del 98, nació la corriente política conocida como el “regeneracionismo”. Se buscaba una alternativa a un sistema político, el de la Restauración, que se consideraba viciado y “enfermo”. Una de las figuras más importantes fue Joaquín Costa, que en su obra afirmaba que era necesario...

Contener el movimiento de retroceso y africanización absoluta y relativa que nos arrastra cada vez más lejos, fuera de la órbita en que gira y se desenvuelve la civilización europea; llevar a cabo una total refundición del Estado español sobre el patrón europeo, que nos ha dado la historia y a cuyo empuje hemos sucumbido... o, dicho de otro modo, fundar improvisadamente en la Península una España nueva, es decir, una España rica y que coma, una España culta y que piense, una España libre y que gobierne...


No hay comentarios:

Publicar un comentario