UNIDAD 10: CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (2). EL REINADO DE FERNANDO VII


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CONTENIDOS

PRESENTACIÓN

MATCH: ¿cómo se llaman estas obras de Goya?

MATCH: ¿a qué etapa pertenecen estas obras de Goya?



EXAMEN:
  • Saber cómo comenzó el Trienio Liberal, cuánto tiempo duró y qué problemas políticos hubo.
  • Conocer algunas obras de los diferentes periodos de la obra de Goya y sus características.
  • Definir brevemente conceptos:
    • Ley Sálica.
    • Cien Mil Hijos de San Luis.
    • Pragmática Sanción de 1830.
    • Pronunciamiento.
    • Carlismo.
EXPOSICIÓN ORAL DEL TEMA


CONTENIDOS DEL TEMA:

10.1. EL SEXENIO ABSOLUTISTA

EL RETORNO DE FERNANDO VII

En virtud del Tratado de Valençay de 1813, Fernando VII regresó a España, en un clima de entusiasmo popular por su llegada. Pero ahora se planteaba un dilema: ¿aceptaría todo el sistema constitucional creado en las Cortes de Cádiz, o volvería a ser un monarca absoluto a la manera tradicional? Desde su entrada en España, los partidarios del absolutismo le pidieron ignorar las leyes liberales y ser un rey con poderes absolutos. Además, el liberalismo tenía fuerza en algunos sectores sociales más o menos “intelectuales”, pero el pueblo en general no se identificaba con estas nuevas ideas. Así, en 1814, cuando Fernando llegaba a Valencia para viajar a la corte en Madrid, recibió el Manifiesto de los persas, un documento firmado por 69 diputados absolutistas, que animaba al monarca a ignorar las leyes liberales y restaurar la monarquía absoluta, considerada como el resultado de la razón y la inteligencia de Dios.

EL FIN DE LAS REFORMAS LIBERALES

El reinado de Fernando VII incumplió todas las expectativas de los liberales que habían luchado por su vuelta al trono: el rey anuló la Constitución de 1812 y casi todas las leyes de las cortes gaditanas (=de Cádiz). Además, recuperó viejas instituciones, como la Inquisición (que desde el s. XVIII ya no era exactamente un tribunal religioso, sino más bien un tribunal político al servicio del monarca). Además, atacó personalmente a los liberales, que tuvieron que pasar a la clandestinidad y a formar sociedades secretas, en las que se planeaban conspiraciones continuamente. Muchos se exiliaron a Francia y a Inglaterra, o se refugiaron en Gibraltar, para actuar y conspirar contra el absolutismo.

LOS PRONUNCIAMIENTOS LIBERALES

Entre 1815 y 1820 se produce una serie de conspiraciones liberales, según el modelo típicamente español de pronunciamiento militar. El pronunciamiento es un levantamiento de un grupo de militares, que desde una ciudad española “pronuncian” una declaración para exigir cambios políticos. Cuando el pronunciamiento tiene éxito, el resto de los militares del país se unen y juntos consiguen su objetivo. Y claro, cuando no tiene éxito... los responsables suelen perder su vida. Lo curioso de la Historia de España en el s. XIX es que hubo pronunciamientos constantemente; de hecho podemos considerar que el ejército tenía el control de la política española. Una razón de esta situación es que la burguesía no tenía una gran fuerza para controlar el nuevo sistema liberal, y quedaba en manos de los militares, que sí tenían “fuerza” (literalmente, en este caso).

El primer pronunciamiento relevante lo protagonizó en 1815 el exguerrillero Díaz Porlier en La Coruña. Porlier proclamó la Constitución de 1812, pero la falta de apoyos propició su detención y fusilamiento una semana después. Similar destino tuvo el pronunciamiento del general Lacy en Cataluña (abril de 1817). Pero el de mayor importancia fue el pronunciamiento de Riego en 1820, que sí consiguió imponer un cambio político, ya que obligó a Fernando VII a aceptar de nuevo la Constitución de 1812. Al menos, durante tres años...

(Continuará)

 

10.2. EL TRIENIO LIBERAL

El 1 de enero de 1820, el comandante Rafael del Riego inició un pronunciamiento en Cabezas de San Juan (Sevilla), con parte de las tropas que iban a defender América de los independentistas, y proclamó la Constitución de 1812. Su sedición se extendió por otras ciudades: La Coruña, Zaragoza, etc. Fernando VII se vio obligado a jurar la Constitución de 1812, y fue célebre su frase: “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”. Pero pronto se evidenció que el monarca no marchaba exactamente “por la senda constitucional”. Fernando usaba todas las posibilidades que le daba la Constitución para poner obstáculos a todas las reformas. Por ejemplo, podía vetar una ley durante dos años, cuando esta no era de su agrado.

Por otra parte, los liberales se dividían en dos grupos: los “moderados” o “doceañistas”, grandes personajes que participaron en las Cortes de Cádiz de 1812 (por eso se llamaban “doceañistas”), y eran un poco más “conservadores”; y los “exaltados” o “veinteañistas”, nuevos políticos que querían reformas más progresistas sobre la Constitución. A pesar de los conflictos, los parlamentarios se pusieron de acuerdo en algunas cosas:

·         Se suprimieron algunos privilegios de la Iglesia.

·         Se abolió definitivamente la Inquisición.

·         Se crearon condiciones para el reparto más equitativo de las tierras en España.

Mientras tanto, los absolutistas eran totalmente contrarios a estas reformas, como podemos imaginar. Y a partir de 1822 ganaron mucha fuerza unidos en un grupo, conocido como los “realistas”, que, con la ayuda del propio rey, participaron en varias sublevaciones, que fueron más o menos sofocadas. Como los intentos de restaurar el absolutismo desde el interior habían fracasado, los países absolutistas europeos, reunidos en el Congreso de Verona (1822), organizaron la formación de un ejército para ocuparse de esta situación. Ese ejército fue enviado desde Francia, y se conoció como “los Cien Mil Hijos de San Luis”. Sus tropas invadieron España, casi sin resistencia en la población, y consiguieron la implantación de nuevo del absolutismo en 1823.

 

10.3. LA DÉCADA OMINOSA

Con la ayuda de los Cien Mil Hijos de San Luis, Fernando VII anuló todas las reformas del Trienio Liberal, aunque esta vez el absolutismo fue un poco más “light” de lo habitual, digamos. Se modernizó la administración, de acuerdo con las ideas de la Ilustración. De hecho, ahora Fernando VII se encontró con una oposición DOBLE: la de los liberales, que ya estaban antes en su contra; y la de los realistas radicales o “apostólicos”, que no toleraban la nueva actitud del rey.

Por otra parte, en esos años se completó la independencia de los virreinatos americanos, excepto Cuba y Puerto Rico, con lo que apareció una difícil situación económica para la Hacienda Real (la Corona dejó de recibir todo el dinero que venía de los impuestos en los territorios americanos).

Al final del reinado de Fernando VII, se planteó el problema sucesorio. En el s. XVIII, los primeros reyes Borbones habían traído a España la Ley Sálica francesa, que prohibía reinar a las mujeres. Pero Fernando VII todavía no tenía descendencia y era aconsejable derogar esta ley en previsión de que tuviese una niña (y finalmente la tuvo). Así, el rey promulgó la Pragmática Sanción de 1830, en la que se derogaba la Ley Sálica y se permitía por lo tanto el acceso de una mujer al trono de España. El hermano de Fernando VII, el infante Carlos María Isidro, consideró que la Pragmática Sanción era ilegal, y no la aceptó, ya que él creía que era el heredero legítimo al trono. Los absolutistas más radicales (los apostólicos), hicieron al infante Carlos María Isidro su líder, y apoyaron su candidatura al trono. Nació así el problema del carlismo, que unía a las fuerzas absolutistas contra el gobierno liberal, y que provocó una guerra civil a la muerte de Fernando VII (y otras dos guerras en el resto del s. XIX).

 

10.4. EL ARTE DE GOYA

Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) fue uno de los pintores más geniales de la historia universal del arte. Su obra es difícil de clasificar, por su originalidad. Goya se anticipó a movimientos artísticos posteriores, como el impresionismo, el expresionismo o el surrealismo. Podemos diferenciar múltiples cambios en su estilo pictórico. Las etapas más importantes son las siguientes:

PINTURA COSTUMBRISTA (1774-1791)

En las últimas décadas del s. XVIII, Goya pintaba escenas de la vida cotidiana de las clases elevadas, que en esta época seguían la moda de imitar las costumbres del pueblo llano. Así, existen cuadros como La merienda a orillas del Manzanares, El quitasol, La gallina ciega, etc., con actividades de recreo alegres, y colores ricos y luminosos.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA (1792-1808)

A partir de 1792, el año de la Revolución Francesa, Goya pasó por una grave crisis personal: sufrió una enfermedad que estuvo a punto de terminar con su vida, y se quedó sordo como consecuencia de ella. Además de esa crisis personal, esta fue una etapa complicada en la política española (como hemos estudiado).

En esta etapa, Goya pinta su primera serie de grabados, Los Caprichos, que son representaciones satíricas de la sociedad y del ser humano. En estas obras, Goya se muestra irónico y combativo con las costumbres corruptas, las supersticiones populares, la inmoralidad de la Iglesia o la ignorancia popular. Su intención era denunciar este tipo de situaciones para cambiar el estado de las cosas.

En 1799, el rey le nombra primer pintor de cámara, y al año siguiente realiza su obra maestra como retratista: La familia de Carlos IV (Museo del Prado). En este cuadro, Goya representa la familia real tal y como es. Es una visión crítica y realista de las personas que aparecen en él, sin ocultar los defectos de cada uno.

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808-1814)

Durante la guerra, goya realizó pinturas en las que olvida la dimensión heroica o poética de la guerra, y la refleja como una tragedia desgarradora, terrible. Destaca su segunda serie de grabados: Los desastres de la guerra, donde aparecen escenas muy crudas, contadas por algunos testigos directos: prisioneros mutilados, pueblos destruidos, hombres colgados, empalados, etc.

Después de la guerra, pinta dos de sus obras maestras: La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo (Museo del Prado). En estas obras se describe de una manera terrible el comienzo de la guerra en Madrid. Los fusilamientos del 3 de mayo se producen como una represalia francesa después del levantamiento de los madrileños el 2 de mayo de 1808 (como hemos estudiado). En estas obras se aprecian características que se anticipan a la pintura expresionista (que se realizó cien años después de Goya).

LAS PINTURAS NEGRAS

Con la llegada de Fernando VII, Goya se alejó de la Corte, ya que no congeniaba mucho con el nuevo rey. En 1819 compró una casa en las afueras de Madrid, llamada popularmente “La Quinta del Sordo”, y se fue a vivir allí. Viejo y afectado por las experiencias de su vida, se dedicó a pintar las paredes de sus habitaciones con pinturas inquietantes, conocidas como “pinturas negras” por sus colores oscuros y su carácter siniestro y terrible. Un ejemplo de este tipo de pinturas es el famoso cuadro Saturno devorando a sus hijos, en el que el titán griego Cronos (Saturno para los romanos) aparece comiéndose a uno de sus hijos. La pintura hace referencia a una historia de la mitología griega, en la que se cuenta que Cronos se comió a sus hijos por miedo a ser vencido por ellos. Otros ejemplos de este tipo de pinturas son El aquelarre y Duelo a garrotazos.

También en los últimos años de su vida, pintó su última serie de grabados, Los disparates o proverbios, de carácter surrealista y difícil interpretación, que junto con las pinturas negras reflejan el pesimismo y desengaño de Goya.


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